Me gustan las noches, siempre he creído que es la mejor parte del día, no me mal interpreten, los mañanas también rockean, pero disfruto más las noches.
Las mañanas en casa son ajetreadas, en lo que despiertan los niños y tu marido te sirves tu café, subes a vestirlos, a los niños no a tu marido, bajas les das de desayunar, tomas un sorbo de café, corretealos para que se cepillen los dientes, si también a tu marido, sube mochilas al coche, y llevalos a la escuela al ritmo de recuérdame de "Coco" (btw gracias Pixar por otra canción pegajosa que podría haber sido buena si tus hijos no la cantarán cada 5 minutos), dejas a tu marido en la oficina y regresas a casa y contemplas si calentar tu taza de café en el micro o de plano hacer otra.
A esa hora ya te diste cuenta que es tarde, sales y le lavas el patio a firulais, en lo que hechas una carga de ropa a la lavadora, tiendes la ropa que dejaste anoche ya lista para tender, centrifugas la carga que acabas de meter, entras a la cocina pones a cocer el pollo, sale y tiendes la ropa de la lavadora, entras a la cocina, lavas los traste de la cena y el desayuno, cómo, me preguntó yo, es posible que dos niños ensucien tantos vasos? (Su récord es de 15 en un solo día)
Barres la casa, sacas el pollo de la olla, pones a cocer la verdura, trapeas la casa, cuelas la verdura, esperas a que enfríe el pollo, recibes al cartero, cuentas, cuentas, cuentas, ah mira.. ah no cuentas, cuentas... Limpias vidrios, sacudes, te lavas las manos, deshebras el pollo, le pones la verdura, mayonesa, media crema, knor, mueves todo, ves el reloj y ya es hora de ir por los niños.
Llegas a la escuela en tiempo récord y tienes que esperar 15 min a que la mamá de la niña que te cae mal termine de hablar con la maestra de cómo no está de acuerdo con lo que se hizo en el festival del día del niño (me estás jo...endo? Eso fue hace casi un mes!!) Te entregan a tus retoños y vas de regreso a casa escuchando, again, "recuérdame".
Llegas a casa y suben a su recámara como torbellinos dejando ropa por todos lados, se cambian y bajan a comer y a partir de ese momento el silencio sale huyendo por la ventana!
No paran! Parecen pericos! Y no, no es opción regalárselos a tu vecina que te cae mal, hasta donde se eso es ilegal. Hacen tarea y hablan, juegan y hablan, se bañan y hablan, cenan y hablan, se cepillan los dientes y tienes un respiro de 2 minutos, porque apenas se enjuagan la boca... Si adivinaste hablan!!!
Y todavía cuando les pides cinco minutos de silencio te preguntan porque?!
Ya acostados, que si, siguen hablando apagas la luz y Zaz! Hasta escuchas el pop! Se durmieron al fin.
Bajas a la cocina nivel zombie digno de trabajar en The walking dead, te sientas y es así como te encuentra tu marido, sientada en un banco contemplando tu taza del desyauno... Y si llega a platicarte todo lo de su día, de los chismes de la oficina, de que su mamá, adorable suegra mía, le marco y le contó mil cosas que obvio en ese momento debe de contarte.
Señores un consejo que puede salvarlos de morir ahorcados por sus esposas... Antes de lanzarse a contarles quien se fajo a quien en la bodega de compras, pregúnteles y ofrezcanse a ayudarlas en algo y por amor a todo lo divino, si quieren vivir para tener canitas de prosperidad, no les digan que porque están cansadas si no hicieron nada.
Ya en la cama, con tus hijos dormidos, tu marido soñando que es una motocicleta, tu contemplas el silencio y te dices a ti misma "Como disfruto las noches!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario